El 25 de noviembre fue elegido como Día Internacional de la No
Violencia contra las Mujeres en 1981, durante el Primer Encuentro
Feminista Latinoamericano celebrado en Bogotá, Colombia, en homenaje a
las Hermanas Mirabal asesinadas durante la dictadura trujillista en 1961
en la República Dominicana.
En 1999, 18 años después, fue rebautizado por la Organización de
las Naciones Unidas como Día Internacional de la Eliminación de la
Violencia contra la Mujer; la violencia contra las mujeres se da desde
la burla, un grito en la casa, el hostigamiento, y que puede llegar a la
persecución; que aparece con un enorme deseo de poder, de dominar y
controlar a una o varias mujeres, y puede terminar en tortura, violación
sexual y hasta la muerte o feminicidio, que es la violencia contra
ellas sólo por ser mujeres.
La discriminación y la desigualdad de las mujeres se dan en los
diferentes contextos de nuestras sociedades. Y esa discriminación es más
profunda cuando se trata de mujeres indígenas o afrodescendientes, y
peor aún si son de escasos recursos.
En las últimas décadas se han creado leyes, decretos, buenas políticas
públicas que ayudan, pero no se ha resuelto el problema. Por eso nos
corresponde seguir diciendo y denunciando que realmente existe la
discriminación, que tiene consecuencias, que conspira contra la
igualdad, contra la democracia, contra el progreso y que genera, entre
otras muchas cosas, la violencia.
No es exagerada la denuncia ni las estadísticas de mujeres que sufren
de violencia y de los casos de feminicidio. Y todos los esfuerzos de las
instituciones para la prevención de la violencia de género son
importantes.
Pero también en las familias debe haber esfuerzos. Todas y todos somos
responsables para la educación de las niñas, niños y jóvenes. La
historia nos obliga a estar atentas, a no permitir la violencia en
contra de las mujeres en las escuelas, en las universidades, en los
centros de trabajo, en las familias, durante el noviazgo. Todo eso
aumentará durante la vida de las parejas.
Hoy 25 de noviembre, elegido como Día Internacional de la No Violencia
contra las Mujeres en 1981, es apenas un recordatorio de los retos para
cambiar actitudes para terminar contra la discriminación, las
desigualdades y la violencia en contra de las mujeres.